El contrato referido a María Santísima de la Esperanza se formaliza el día 30 de Marzo de 1.940, firmando D. Antonio Illanes y los hermanos José Varela Jurado, José Pérez Iborra y Antonio Cabezuelo Caballero. La Imagen debía entregarse antes del 15 de Junio de 1.940, ascendiendo el importe total de su hechura a 2.000 pesetas.
Fue el 18 de julio de 1940, el día en que los hermanos deciden presentar la Virgen al pueblo de Dos Hermanas, realizando procesión sobre un paso cedido por la Hermandad de Santa Ana.
La gran devoción que desde el inicio despertó la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo, fue el motor que en los primeros tiempos acompañó a los fieles que se acercaban a rezar también ante su bendita Madre. Pero pasando los años, la belleza espléndida de su rostro y el goce inevitable que produce en quienes la miran, hizo que cada vez fueran más aquellos que veían en la Sagrada Imagen, la representación de su fe en María y las manos entre las que entregarse a su protección.
Pero si en algún lugar es portentoso contemplar su majestad, no cabe duda que es bajo su paso de palio, lugar natural para el que fue concebida. La perfecta armonía del conjunto, las proporciones justas y la esbeltez de su figura, hacen que cada año el pueblo de Dos Hermanas espere ansioso el momento de contemplarla luciendo por sus calles.